Invertir no es adivinar la acción que sube mañana

Invertir no es adivinar que acción sube mañana. A todos les gustaría ganar dinero rápido.

Y si bien se suele dar con acciones o cedears, el riesgo de que pierdas dinero es alto.

Cuando la gente piensa en inversiones, muchas veces imagina la típica escena de película: un grupo de corredores de bolsa frente a pantallas, comprando y vendiendo acciones en cuestión de segundos para hacerse millonarios. Ese imaginario es seductor: ganar dinero rápido, con una decisión brillante, casi como si fuera un golpe de suerte.

Pero esa fantasía es también la trampa en la que caen miles de personas cada año. Invertir no es adivinar qué acción va a subir mañana. Eso no es invertir, es especular, y la diferencia es enorme.

La trampa de querer ganar rápido

El deseo de obtener ganancias inmediatas se alimenta del mismo mecanismo psicológico que nos lleva a jugar a la lotería o apostar en un casino. La promesa de un beneficio rápido y grande nos nubla el juicio, y terminamos corriendo más riesgos de los que somos capaces de asumir.

Claro que a veces alguien acierta: compra justo antes de que una acción suba fuerte y obtiene una ganancia inesperada. Pero lo que rara vez se cuenta es que, en el largo plazo, esas apuestas terminan mal para la mayoría.

El mercado no es un casino en el que te sentás a ver si la ruleta te sonríe. Es un sistema complejo, y la única manera de aprovecharlo de verdad es con planificación, estrategia y paciencia.

Ejemplo práctico

  • Pablo decide “jugar” con acciones. Compra una empresa que leyó en un foro porque “va a subir mañana seguro”. La acción, en lugar de subir, cae un 15% en dos días. Con miedo, vende y pierde parte de su capital.
  • Laura, en cambio, invierte en un portafolio diversificado de acciones y CEDEARs, con la mirada puesta en cinco años. Algunas acciones suben rápido, otras caen, pero el conjunto crece con el tiempo. Cinco años después, Laura duplicó su capital mientras Pablo abandonó la bolsa frustrado.

La diferencia está en la mentalidad: especular para ganar rápido vs. invertir para crecer sólido.

Una metáfora clara

Invertir tratando de adivinar la acción que sube mañana es como salir al mar en una tabla de surf esperando atrapar la ola perfecta sin saber nadar. Tal vez tengas suerte una vez, pero lo más probable es que termines revolcado por la ola. Invertir en serio es como aprender a navegar: con paciencia, técnica y rumbo, llegás a buen puerto.

Un relato cercano

Un cliente, Martín, llegó emocionado porque había leído que cierto CEDEAR “iba a explotar”. Puso gran parte de sus ahorros allí. Al poco tiempo, el precio cayó un 30%. La frustración lo llevó a creer que “invertir no era para él”. Cuando revisamos juntos su estrategia, entendió que su error no había sido invertir, sino confundir inversión con adivinación. Hoy, con un plan diversificado, su cartera crece año a año y ya no vive pendiente de qué acción sube mañana.

Aprendizaje central

La inversión no es una carrera de velocidad, es una maratón. Los que buscan ganancias rápidas suelen quedar en el camino, agotados por las pérdidas y la frustración. Los que entienden que se trata de constancia, visión y control del riesgo son los que realmente construyen patrimonio.

Consejo de un pelado

No inviertas pensando en ganar dinero en un día. Eso no es invertir, es apostar. Cambiá la ansiedad de la ganancia rápida por la tranquilidad de la ganancia segura y sostenida en el tiempo.

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